Hace escasos días el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas presentó la liquidación definitiva del sistema de financiación autonómica.
En base a esos datos, Convivencia Cívica Catalana ha elaborado su informe en el que se describen y valoran los resultados del sistema de financiación de las autonomías y se establece una comparación con el sistema alemán de financiación de sus regiones.
En base a esos datos, Convivencia Cívica Catalana ha elaborado su informe en el que se describen y valoran los resultados del sistema de financiación de las autonomías y se establece una comparación con el sistema alemán de financiación de sus regiones.
En concreto, los resultados definitivos del sistema de financiación autonómica sitúan a Cataluña como la comunidad autónoma que recibe más recursos del modelo de financiación, con 19.076 millones de euros. Le siguen Andalucía con 18.653 millones y la Comunidad de Madrid, con 14.894 millones.
Los resultados del vigente sistema de financiación autonómica, negociado en 2009 por el gobierno central con el tripartito catalán, demuestran un cierto sesgo positivo del modelo hacia Cataluña en detrimento de otras autonomías como Madrid y la Comunidad Valenciana.
El informe aborda también una de las cuestiones más debatidas sobre el sistema de financiación autonómica: la exigencia de la denominada ordinalidad, es decir, el mantenimiento de la misma posición relativa entre las autonomías antes y después de la aplicación del modelo de financiación, supuestamente siguiendo el modelo alemán.
Es decir, que las autonomías con más capacidad fiscal por habitante sean también las que más recursos reciban por habitante.
Por una parte, el mantenimiento de la denominada ordinalidad chocaría, al menos en buena medida, contra la esencia de un sistema redistributivo.
Y, por otra parte, el informe pone de relieve que la ordinalidad alemana, puesta repetidamente como ejemplo a seguir, es, de hecho, una ordinalidad ficticia e irreal.
Ello es debido, entre otros factores, a que las normas del sistema de financiación alemán no se basan en el número real de habitantes de cada región sino en un número “ponderado” o “ficticio” de habitantes, en algunos casos notablemente diferente del real y que influye significativamente en los resultados del modelo.
De hecho, en términos reales el sistema de financiación alemán no mantiene en absoluto la ordinalidad de sus regiones. A título de ejemplo, el desarrollado land de Baviera pasa de la posición 2 en capacidad fiscal inicial a la 10 en recursos recibidos y Hesse baja de la 3 a la 15.
Cabe concluir, en consecuencia, que la ordinalidad alemana tiene más de mito y ficción estadística que de realidad.