La aportación del resto de España a la economía catalana



El resto de España es, con diferencia, el mercado más importante de ventas de las empresas catalanas, cuadriplicando en volumen al siguiente cliente, Francia. Es obvio que las compras del resto de españoles generan en Cataluña notables réditos económicos, desde beneficios para las empresas catalanas a creación de empleos.

En base a los datos del modelo input-output elaborado por el Instituto de Estadística del propio gobierno catalán, puede cuantificarse que las compras del resto de España generan en Cataluña 
54.494 millones de euros anuales en riqueza (en gran medida, en beneficios de las empresas catalanas), es decir, unos 7.200 euros por catalán y año.

A nivel de puestos de trabajo, las compras del resto de españoles generan en Cataluña 
973.000 empleos, lo cual representa un 27% del total del empleo existente en Cataluña. En otras palabras, 1 de cada 4 puestos de trabajo en Cataluña dependen del resto de España. Por sectores destacan los 333.000 empleos en el sector comercio, los 235.000 de la industria o los 144.000 en diversas actividades profesionales.

En caso de una hipotética 
secesión de Cataluña y consiguiente ruptura con su principal mercado, tendría notables efectos negativos sobre la producción, el valor añadido y el empleo de la economía catalana. En ocasiones se presenta a la secesión de Cataluña como si no tuviera ningún efecto sobre las relaciones comerciales con el resto de España (“si nos compran ahora, nos comprarán después”). Sin embargo, no existe ni un solo caso de secesión a nivel mundial que no haya afectado al comercio.

Los estudios realizados a nivel internacional concluyen que la aparición de una nueva frontera política conlleva una caída entre el 33% y el 66% sobre el comercio bilateral existente con anterioridad a su creación, como consecuencia del conocido border effect o 
efecto frontera. Ello implicaría en promedio para Cataluña una pérdida de 27.000 millones de euros en riqueza anual (en buena parte en menores beneficios de las empresas catalanas) y 486.000 puestos de trabajo.

El estudio también analiza la aportación del resto de España a la 
financiación de la economía catalana. En este sentido, las estadísticas del Banco de España muestran que Cataluña concentra más del 18% de los préstamos del sector financiero español pero solo el 15% de los depósitos del sistema. Ello implica que una parte sustancial de los créditos emitidos en beneficio de los ciudadanos y empresas de Cataluña se financian con los depósitos del resto de España.

A nivel de valoración de los datos expuestos, Convivencia Cívica Catalana considera que el tristemente famoso “España nos roba”, creado por políticos nacionalistas con el objetivo de crear resentimiento contra el resto de españoles para obtener un beneficio político en Cataluña, debería transformarse en un “
España nos enriquece”. No parece adecuado calificar de “ladrones” a quienes aportan miles de millones de euros a Cataluña en riqueza, beneficios empresariales y creación de empleo.


El dosier de prensa puede descargarse aquí.

Nuestro rechazo al referéndum ilegal y sin garantías democráticas del 1-O




Convivencia Cívica Catalana (CCC), como entidad de la sociedad civil de Cataluña, manifiesta su total rechazo al referéndum ilegal y sin garantías democráticas impuesto por los políticos secesionistas.

La clase política nacionalista lleva ya varios años instalada en su obsesión por quedarse con todo el poder en Cataluña, empeñada en montar un estado donde ellos lo controlen todo y la masiva corrupción política que les ha afectado en los últimos años cuya máxima expresión ha sido el caso del 3% quede impune.

Estamos presenciando, en definitiva, la huida hacia adelante de una auténtica “casta política”, que lleva gobernando Cataluña desde hace décadas, para escapar de la legalidad y del estado de derecho.

Quieren hacerlo además haciéndose pasar por supuestos “demócratas”, por medio de un referéndum sin ninguna garantía, donde la sindicatura electoral es nombrada por ellos, donde el recuento de votos es efectuado por quienes ellos nombren, con instituciones y recursos públicos volcados únicamente en la opción que ellos defienden.

El referéndum propuesto por los separatistas no cumple ni una sola de las condiciones de la Comisión de Venecia, organismo que a nivel europeo regula la realización de referéndums. 

Digámoslo claramente: el único objetivo de este “pseudoreferéndum” sin ninguna garantía de legalidad ni imparcialidad es dar una “apariencia democrática” a lo que es un auténtico golpe de estado de unos políticos que pretenden hacerse con el control absoluto de un territorio saltándose las leyes vigentes.

Queremos también subrayar que la exigua mayoría separatista en el parlamento autonómico catalán se sustenta en que los sufragios “pesan” diferente en función de la zona de Cataluña. Si los votos valiesen lo mismo en todo el territorio catalán, los partidos separatistas no tendrían mayoría parlamentaria. Todo ello pone aún más en duda si cabe la legitimidad del abusivo rodillo parlamentario que han impuesto y también de sus aspiraciones.


Convivencia Cívica Catalana considera que, dada la actitud irresponsable del separatismo catalán, vulnerando el marco legal, burlándose de la Justicia y pisoteando los derechos de la oposición democrática, el gobierno central debe tomar cartas en el asunto poniendo en marcha las medidas oportunas, incluyendo la aplicación del artículo 155 de nuestra Constitución, para requerir al gobierno de Puigdemont al cumplimiento de la legalidad con objeto de restablecer la estabilidad política en beneficio de la sociedad y la economía catalanas.


La radicalización de la clase política gobernante en Cataluña llamando a saltarse la legalidad y creando una profunda fractura en la sociedad genera, como es lógico, preocupación en muchos ciudadanos catalanes y también del resto de España.

La hipotética secesión que amenazan llevar a cabo traería consigo la fractura de numerosos vínculos sentimentales con el resto de España y unas graves consecuencias económicas derivadas de la ruptura con el principal mercado de las empresas catalanas, que es el resto de España, y la salida de la Unión Europea, que representa el 80% de las ventas de la economía catalana.

Ante esta aventura irresponsable a la que se nos quiere llevar Convivencia Cívica Catalana quiere expresar desde Barcelona su compromiso con la legalidad, con el estado de derecho, con la convivencia y con la unidad de todos los ciudadanos españoles.