El declive económico de Cataluña


La tensión política, la inestabilidad y las incertidumbres no suelen ser buenas para la economía. Y la economía catalana no es ninguna excepción. En su informe, titulado El declive económico de Cataluña, Convivencia Cívica Catalana señala los efectos negativos que la permanente tensión política ya está causando sobre la economía de Cataluña.

El estudio analiza con detalle la evolución de 10 variables económicas comúnmente utilizadas: empleo, PIB, consumo, vivienda, comercio exterior, inversiones extranjeras, deuda pública, creación de empresas, precios y nivel de vida. Su análisis conjunto permite constatar una pérdida de posiciones de Cataluña respecto al resto de España desde el año 2005, año en que se inició con la reforma del estatuto de autonomía un periodo de dosis crecientes de tensión en la política catalana.

Así, por ejemplo, el estudio subraya que en este periodo el PIB per cápita de los ciudadanos catalanes ha caído respecto al resto de españoles. Y en Cataluña se han destruido el 24% de todos los empleos perdidos en España en estos años cuando solamente representa el 16% de la población.

De la misma forma, Cataluña ha dejado de ser la autonomía más emprendedora de España, papel que tradicionalmente había ocupado hasta la fecha.

Cabe subrayar también que según datos de la Unión Europea la pobreza se ha incrementado desde 2005 en Cataluña en un 40%, más del doble que el incremento constatado en el conjunto de España (15%).

La entidad apunta que la creación de incertidumbres políticas suele tener un elevado coste económico. Por ejemplo, difícilmente empresas alemanas o francesas instalarán su filial española en un territorio cuyos políticos amenazan con irse de España. Y de la misma manera, industrias internacionales difícilmente visualizarán a Cataluña como una plataforma logística atractiva para introducir sus productos en la Unión Europea cuando Cataluña podría quedar excluida de ella.

Convivencia Cívica Catalana considera que la clase política catalana prioriza de forma poco reflexiva y desde hace demasiados años la cuestión identitaria a la resolución de los problemas reales de los ciudadanos y, en particular, de la economía.

Como consecuencia de todo ello, Cataluña ha dejado de ser la locomotora económica de España para pasar a ser en algunos aspectos uno de los vagones de cola, como este estudio pone de relieve.